Dermaline

Mi experiencia en Dermaline, que es un centro dermatológico dirigido por la doctora Natasha Quezada, no cumplió con mis expectativas. Desde la primera consulta, me sorprendió que la atención se realizara tanto por la doctora como por una técnica en enfermería (TENS), lo cual afectó la relación médico-paciente que tendría que ser reservada.Me resultó preocupante que durante las consultas, la doctora se enfocara principalmente en los aspectos estéticos, especialmente en el rostro, en lugar de abordar de manera integral las posibles afecciones de la piel en todo el cuerpo. Como dermatóloga, esperaba que estuviera capacitada para realizar una anamnesis adecuada.Además, las consultas son rápidas y enfocadas en establecer sesiones para procedimientos como aplicación de botox, ácido hialurónico, tratamientos con láser y papada. Esto hizo que sintiera que la doctora estaba más interesada en promover procedimientos estéticos, más que en resolver el problema de base y seguir adecuadamente el progreso de lo diagnosticado. En vez de eso encontraba problemas de rojo que ella lo asocia a enojo, corregir el levantamiento de ceja que lo asocia a enojo.Como resultado, el viaje desde el sur del país exclusivamente para estas consultas se convirtió en una experiencia costosa y frustrante. Gasté una suma considerable en tratamientos en una profesional que demostró una falta de rigurosidad en su trabajo. Incluso me sorprende que una universidad de prestigio como la Universidad Católica permita que alguien con tantas deficiencias en competencias esté a cargo de un postgrado.En resumen, mi experiencia en Dermaline con la doctora Natasha Quezada no fue satisfactoria. La atención conjunta con una TENS, el enfoque excesivo en aspectos estéticos, la rapidez en las consultas y la falta de seguimiento adecuado contribuyeron a una sensación de insatisfacción. No puedo considerarla una profesional competente, sin importar cuántos cursos haya tomado o dictado, es más creo que llamarla doctora con todo lo que ello implica queda corto, más bien le llamaría estilista cosmética.