Cabañas Lovel-Van

Unas cabañas hermosas y acogedoras, emplazadas en un terreno elevado al borde del camino costero, con una vista fenomenal del océano. Tienen un restaurant donde puedes disfrutar de unas onces muy ricas. La señora Patricia, dueña, muy cordial y simpático nos atendió como reyes en nuestra estadía. Volveremos algún día.

Lo más malo que he visto en mucho tiempo nos cambiaron la reserva a última hora por negligencia de la persona que las anota y más encima la llegar te encuentras con una piscina diminuta al igual que las cabañas sin contar el mal olor como a cantina de las cabañas se nota que no hacen un buen aseo cuando las desocupan las personas que están anteriormente de lo más malo perderán su dinero

Excelente. El dueño está muy atento a sus huéspedes. Las cabañas muy bien cuidadas. Incluso tiene una cafetería de muy buen nível. Recomendado.

Super bien atendido por sus dueños quienes fueron muy amables y preocupados en todo momento, cabañas impecables y con todo lo necesario para una buena estadía, sin duda volvería, tienen una cafetería con unos exquisitos pasteles y variedad de otros productos para disfrutar con una hermosa vista hacia el océano. Los recomiendo 100%

El restoran tiene harta variedad y a la vez es muy rico. No me lo esperaba. Platos muy buenos y exóticos. Me comí un curry de camarón y ufff cosa más buena. Muy buen servicio.

Hermosa experiencia. El lugar es muy acogedor, además, la cafetería tiene una variedad de productos los cuales son de muy buena calidad.Los dueños muy amables, excelente servicio.

Lindo lugar la vista maravillosa, casa cabaña tiene un quincho y vista al mar (todas) . Tiene una cafetería incluida que atiende a clientes externos, tiene de todo esa cafetería, ideal para un once con puesta de sol de contorno… recomendado. Los precios son regulares, postres desde 3900 y riquiiiisimos.. las cabañas están desde 75.000 pesos chilenos. Todo verde y jardines bellos.

Fin de semana espectacularCabañas impecables.Comodas y completasTodo al 100%Una cafetería para destacar. Sobre todo el pie de limón y por el ambiente que se forma por los dueños y sus pasajeros.Seguro, tranquilo y una vista al infinito.

Cabañas sencillas pero decentes, con buena vista, muy limpias y con equipamiento suficiente, aunque muy frías en invierno a pesar de contar con estufas.El recinto ofrece, además, una cafetería que se ve agradable y bien puesta, y en la que se come bien -según cuentan- porque no pude probarla dado que estaba cerrada.Se echa de menos una una cama más larga para gente medianamente alta, porque la qué hay es del estándar plaza doble de 1.80 (pies apretados), una TV de tamaño actual (la qué hay es muy pequeña, como de 13”) y, personalmente, mejores copas y platos para picoteo, algo que se valora en pareja.Vale la pena advertir que los colchones están protegidos con plástico grueso, lo que los hace más incómodos y calurosos.Por su parte la relación con el dueño fue clara, cordial y bien dispuesta desde el comienzo.En resumen una cabaña funcional, bien tenida, con buena vista y bien atendida.

Cabañas muy cómodas,limpias y bien equipadas, con bella vista al mar, si bien no tienen acceso directo a la playa, puedes desplazarte un poco al sur y llegas a playas no tan concurridas.El anfitrión muy amable.Cuentan con cafetería en donde se puede almorzar.