Casa Wilson

Muy buena opción para estar en un lugar tranquilo y que nos permite viajar en el tiempo a una casa de 1900. Su gran salón con varios ambientes y su chimenea que se enciende en los días de invierno otorgan un grato y agradable ambiente.En el comedor se sirve el desayuno en un horario muy flexible, pero también puedo ponerlo en una bandeja y subirlo a la habitación o al salón o a alguna terraza.Las habitaciones son confortables, con buenos roperos y cómodas. Las camas muy limpias. En.el baño un aromático jabón que no he visto en ningún otro hotel.El anfitrión, Samuel, dueño de casa que ha hecho una gran labor manteniendo Casa Wilson como un.patrimonio familiar e histórico es.muy amable en ayudarte con lo que necesites. Sus historias y anécdotas de vida muy atrayentes.Felicitaciones por el lugar.Si busca tranquilidad, quiere dormir, y necesita paz es muy recomendable.

Imperdible ! Felicitaciones a sus dueños.

Increíble lugar. Un paraíso total. Especial. El dueño un sibarita y excelente anfitrión. Siempre atento en todo. Me encantaron las flores frescas en la terraza todos los días. Un lujo. La única contra es que el agua caliente dura muy poco y en invierno es incómodo.

Si te gustan las casas antiguas y no vas echar de menos un televisor o las instalaciones nuevas, es simplemente extraordinario.Los anfitriones de una calidez excepcional.Totalmente recomendable, por lejos lo mejor en Zapallar.

Un lugar mágico lleno de elegancia y buena atención, sin duda volvería a hospedarme ahí, sus instalación de lujo y sobre todo muy acogedor.

Una linda casa con mucha historia. Falta un poco de mantencion pero un lindo lugar para descansar y desconectar.

Muy bonito hotel cercano a la orilla del mar, en inmejorable ubicación para salir a pasear. La casona de principio del siglo XX esta muy bien conservada y las personas que te atienden te pueden contar historias del lugar.Excelente lugar para pasar unas noches escuchando al mar.

Todo estuvo perfecto. La casa es preciosa y las fotos no le hacen justicia. Nos sentimos en casa desde el primer minuto, nuestra pieza, con una terraza con vista al mar era preciosa. El desayuno, de estilo familiar también estuvo increíble. Muy agradecidos por nuestra estadía.

Samuel nos dió una atención mayor a la esperada. No es el típico hotel moderno con muchos cristales y colores, sino mejor, con historia y buena gente adentro, además de una excelente ubicación cercana a la playa y vista. Uno se sentía en familia y muy relajado para largas charlas entretenidas por la mañana y por la noche (si es que era eso lo que buscábamos). Super recomendable!

No es un lugar bien mantenido. Falta rigor. El entorno natural impecable.