Residencial PORVENIR

La señora Martina es muy amable, tiene su carácter, pero simplemente hay que respetar las reglas de su hospedaje. Hay habitaciones para todos los gustos, ya sea que viajes solo o en grupo y hay que destacar que es de los pocos lugares operativos en invierno.

El lugar queda a 40 minutos caminando desde la entrada de Tortel (solo se puede transitar en bote que cobran 10.000 x persona o a pie). Llegamos y si bien el lugar estaba limpio (que es lo positivo) la señora que nos recibió fue muy poco amable. Nos increpó ya que no sabía prender el calefont, nos dijo que solo era una ducha corta x estadía, después nos retó porque entró un gato al lugar. Lo gracioso es que en la noche hablamos con los otros huéspedes y a todos los había retado x algo distinto. Incluso té ofrece que te vayas a la calle si no te gusta. Mal trato.

Me encantó, llegamos a las 2:30 de la mañana de la embarcación sin tener ningún lugar, llamamos al caballero y nos recibió con los brazos abiertos, maravillosa atención, siempre preocupado de tenernos leña para no pasar frío y el precio bastante razonable, totalmente recomendable.

Lugar poco acogedor, te tratan como un estorbo, las escaleras son un riesgo, no atienden, desayuno deficiente y olor a orina de gato

Un hermoso lugar para visitar, residencial familiar muy acogedora frente a la playa.

Un lugar muy acogedor,familiar, excelenteMuy buena vista.frente a la playa y unos pasos del mirador cerro la bandera.Para un buen descanzo y flexibilidad.

Llamamos y llegamos gracias a su hijo que justo venía llegando, un poco chamberleke jajajaja, se nos pasó toda la lata de caminar todo tortel bajo la lluvia, gracias a la simpatía de su hijo que nos contó cómo 5 veces que venía de Puerto Montt después de trabajar. Desayuno incluido en el valor total, camas ultra abrigadas (como 100 frazadas que lo valían con el tremendo frío que hacía), baño limpio, todo bien!